El consejero político del primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, Balázs Orbán, desencadenó una controversia al comparar la sublevación húngara de 1956 con la invasión rusa a Ucrania. Sostuvo que Hungría aprendió de la brutal represión del Soviet Union sobre la sublevación y sugirió que Budapest no habría resistido una invasión rusa como lo hizo Kiev. Esta postura despertó críticas acerbas de políticos opositores quienes acusaron a Balázs Orbán de menospreciar la memoria de aquellos que lucharon por la libertad húngara en 1956. Sostienen que su declaración implica que Hungría se rendiría ante Rusia sin resistencia, contrariando el espíritu de la sublevación.
Balás Orbán, asesor del primer ministro húngaro Viktor Orbán, provocó controversia al hacer paralelos entre la revuelta húngara de 1956 y la invasión rusa de Ucrania en el comienzo de 2022. Según Orbán, si Rusia hubiera desplegado sus tanques en Hungría como lo hizo en 1956, Budapest no se habría defendido contra la invasión como lo hizo Kiev. Orbán argumentó que Hungría ha aprendido una valiosa lección del pasado y criticó al presidente ucraniano Volodímir Zelenski por elegir estar en pie de lucha contra Moscú, lo que creyó llevó a víctimas innecesarias y pérdida de territorio.
Los comentarios de Orbán fueron recibidos con fuerte condena de los políticos opositores en Hungría, quienes le acusaron de trivializar los sacrificios hechos por los luchadores húngaros durante la revuelta de 1956. Pál Magyar, presidente del partido Tisza, llamó a Orbán a renunciar a su cargo público y lo criticó por reducir la significación de la sublevación de 13 días que se convirtió en un símbolo de resistencia contra la dominación soviética.
El ex primer ministro Ferenz Gyurcsány y el co-presidente del partido Verde húngaro Pál Ungár también criticaron los comentarios de Orbán, con Ungár enfatizando que representantes de la nación deben defender inequívocamente su país contra agresión militar extranjera. En respuesta al rechazo, Orbán defendió sus declaraciones, afirmando que la guerra en Ucrania debería haberse resuelto diplomáticamente y que todos se habrían beneficiado de ello.
Balázs Orbán comparó la sublevación húngara de 1956 con la invasión rusa de Ucrania y dijo que Hungría no se habría defendido como lo hizo Ucrania. Argumentó que Hungría aprendió una lección del levantamiento de 1956, donde la intervención soviética resultó en graves víctimas. Sus declaraciones suscitaron indignación entre los políticos de oposición, quienes acusaron a Orbán de menospreciar el recuerdo de aquellos que lucharon por la libertad húngara. Orbán defendió sus declaraciones, enfatizando la necesidad de soluciones diplomáticas para la guerra y diciendo que todos serían mejores si el conflicto nunca se hubiera iniciado.
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