La reciente represión contra Telegram, una plataforma de redes sociales favorita entre neonazis, ha desatado el pánico entre usuarios extremistas preocupados por su privacidad y seguridad. Esto sigue al arresto del fundador de Telegram Pavel Durov por las autoridades francesas y la posterior declaración de Durov de que compartiría información identificatoria de usuarios que violaban las reglas del plataforma con las fuerzas del orden. Las detenciones de dos líderes supuestos del Terrorgram Collective, un grupo supremacista blanco que opera en Telegram, han alimentado aún más las ansiedades entre los extremistas que temen la persecución y una mayor supervisión. A pesar del pánico inicial, muchos usuarios permanecieron en la plataforma, utilizando ella para reunir apoyo a sus compañeros encarcelados y difundir su ideología. Sin embargo, el cambio de política de Durov y las batallas legales en curso contra grupos extremistas han llevado a discusiones sobre la migración a plataformas alternativas como Signal, Briar y Session. El desafío para las fuerzas del orden sigue siendo mantener el ritmo con los tácticas constantemente evolucionantes de los extremistas en línea que se adaptan fácilmente a nuevos entornos.
La reciente represalia contra la plataforma de medios sociales Telegram ha desatado olas de pánico entre los neonazis, quienes han hecho de la aplicación su cuartel general para publicar mensajes de odio y planificar violencia. Con más de 900 millones de usuarios en todo el mundo, Telegram ha sido tanto alabada como vilipendiada por su enfoque relajado en moderar contenido publicado. La plataforma hizo titulares este verano cuando las autoridades francesas detuvieron al fundador de Telegram, Pavel Durov, buscando hacerlo responsable de actividades ilegales que se han llevado a cabo o facilitado en la plataforma, incluidas el tráfico de drogas organizadas, la pornografía infantil y el fraude.
Durov ha llamado a las cargos
La represión de Telegram por las autoridades ha desencadenado el pánico entre grupos neo-nazis que utilizaban la plataforma para difundir discursos de odio y planificar violencia. A pesar de los miedos iniciales, muchos usuarios extremistas permanecieron activos, intentando reunir apoyo para miembros detenidos y discutiendo plataformas alternativas. Las detenciones de figuras clave del Colectivo Terrorgram destacan la batalla continua entre las fuerzas del orden y el extremismo en línea, con los extremistas adaptándose constantemente e buscando nuevos refugios para sus actividades.
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