Antidepresivos: Escaso alivio para dolor de espalda y ciática

Los antidepresivos se prescriben con frecuencia para el dolor lumbar y la ciática, a menudo cuando otros tratamientos no han funcionado. Sin embargo, un nuevo estudio que analiza la investigación existente ha encontrado que estos medicamentos proporcionan poco o ningún beneficio significativo para el alivio del dolor, lo que plantea interrogantes sobre su uso generalizado y destaca la necesidad de una mayor investigación sobre sus efectos a largo plazo y los riesgos potenciales.

A pesar de su común prescripción, una reciente revisión exhaustiva de la investigación existente sugiere que los antidepresivos ofrecen poco o ningún beneficio significativo en el alivio del dolor lumbar (DL) y la ciática. Este hallazgo desafía las prácticas actuales, particularmente dadas las recomendaciones contradictorias de las guías clínicas internacionales con respecto a qué clase de antidepresivo es más efectiva. El estudio, realizado por investigadores de Neuroscience Research Australia (NeuRA) y la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW), subraya la urgente necesidad de una mayor investigación tanto sobre los posibles beneficios como sobre los posibles daños asociados con el uso de antidepresivos para estas afecciones.

La prevalencia del DL es sustancial, habiendo sido la principal causa de discapacidad en todo el mundo durante las últimas tres décadas. Muchas personas que experimentan DL también sufren dolor irradiado a la pierna, a menudo denominado ciática, que exacerba tanto el dolor como las limitaciones funcionales. Reconociendo esto, los antidepresivos se prescriben con frecuencia, a pesar de que un consenso claro sobre su eficacia sigue siendo esquivo. Michael Ferraro, autor principal y candidato a doctorado en el Center for Pain IMPACT, NeuRA, y la School of Health Sciences, UNSW, destaca esta discrepancia, afirmando: “Los antidepresivos se prescriben comúnmente para el dolor lumbar y la ciática, a pesar de las recomendaciones contradictorias de las guías clínicas internacionales”. Esto resalta la necesidad de reevaluar el enfoque de tratamiento estándar.

Para evaluar la efectividad de varias clases de antidepresivos, los investigadores analizaron meticulosamente los datos de 26 ensayos controlados aleatorios, que abarcaron un total de 2.932 participantes. Estos ensayos se centraron en individuos con DL no específico, dolor de pierna relacionado con la columna vertebral (ciática) o una combinación de ambos. La población del estudio fue diversa en edad, con un rango de edad promedio de 27 a 59 años, y comprendía predominantemente a individuos que experimentaban dolor crónico que había persistido durante más de tres meses. Los ensayos investigaron varias clases de antidepresivos, incluidos los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN), los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), los antidepresivos tricíclicos (ATC), los antidepresivos tetracíclicos (TeCA) y una categoría de ‘otros antidepresivos’. Es importante destacar que todos los estudios fueron controlados con placebo, lo que garantiza una comparación rigurosa de los efectos de los antidepresivos contra una línea de base.

Comprender cómo funcionan estos diferentes antidepresivos es crucial para interpretar los hallazgos. Los IRSN, como la duloxetina (Cymbalta) y la venlafaxina (Effexor), funcionan aumentando los niveles de serotonina y norepinefrina, neurotransmisores asociados con la regulación del estado de ánimo y la respuesta de “lucha o huida”. Los ISRS, incluidos la fluoxetina (Prozac), la sertralina (Zoloft) y el escitalopram (Lexapro), se centran principalmente en aumentar los niveles de serotonina, a menudo utilizados para tratar la depresión y la ansiedad. Los ATC, como la amitriptilina (Endep) y la nortriptilina (Pamelor), también elevan la serotonina y la norepinefrina, pero se sabe que producen una mayor incidencia de efectos secundarios, a veces se prescriben para el manejo del dolor crónico. Finalmente, los TeCA, como la mirtazapina (Remeron), emplean un mecanismo ligeramente diferente para aumentar la serotonina y la norepinefrina, y con frecuencia se asocian con efectos sedantes.

El hallazgo central de la revisión reveló que los IRSN podrían ofrecer una ligera reducción del dolor después de tres a cuatro meses de tratamiento; sin embargo, los investigadores concluyeron que estos efectos eran “probablemente demasiado pequeños para ser importantes” y que muchos pacientes probablemente no percibirían una diferencia notable en comparación con un placebo. Este beneficio mínimo estuvo acompañado de un mayor riesgo de efectos secundarios no deseados, lo que disminuyó aún más el valor general de los IRSN en el tratamiento del DL y la ciática. Además, se descubrió que los ATC podrían proporcionar una modesta mejora en las capacidades funcionales, pero es poco probable que reduzcan la intensidad del dolor en sí.

Una limitación clave reconocida por los investigadores fue el nivel moderado de confianza en la evidencia tanto para los IRSN como para los ATC, derivado de datos incompletos en algunos de los estudios revisados. Esto resalta la necesidad de una investigación futura más completa y rigurosamente diseñada. Quizás de manera más preocupante, el estudio encontró “poca o ninguna confianza en la evidencia relacionada con la eficacia de los otros antidepresivos, incluido como tratamiento para la ciática”. Esta falta de datos subraya una brecha significativa en nuestra comprensión de los enfoques antidepresivos alternativos para estas afecciones debilitantes.

Específicamente, los investigadores expresaron su decepción con respecto a la falta de evidencia sólida sobre los efectos de los antidepresivos en la ciática, a pesar de su uso frecuente para esta afección. Ferraro enfatizó la urgencia de realizar “Ensayos clínicos grandes y de alta calidad de inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina y antidepresivos tricíclicos son urgentemente necesarios para informar el tratamiento de la ciática”. Este llamado a la acción subraya la necesidad crítica de una investigación más específica para determinar si las intervenciones antidepresivas específicas pueden abordar eficazmente los desafíos únicos que plantea la ciática.

Más allá del alivio inmediato del dolor, los autores del estudio enfatizaron la importancia de investigar los efectos a largo plazo del tratamiento con antidepresivos para el dolor de espalda y la ciática. Esto incluye comprender las posibles consecuencias que pueden surgir incluso después de que el tratamiento haya cesado. Ferraro sugiere que los pacientes que consideran los antidepresivos deben estar completamente informados sobre los beneficios esperados y los riesgos potenciales, promoviendo la toma de decisiones compartida entre los pacientes y los proveedores de atención médica. Advierte: “Algunos pacientes aún pueden optar por probar estos medicamentos, pero las discusiones informadas sobre la magnitud probable del beneficio y los posibles riesgos son cruciales”.

Es importante destacar que los investigadores aclararon que estos hallazgos no deben desalentar el uso de antidepresivos en personas con DL y depresión severa. “También es importante enfatizar que estos hallazgos no implican que las personas con depresión severa con dolor lumbar y ciática no deban ser tratadas con antidepresivos”, afirmó Ferraro, reconociendo la distinta necesidad de tratamiento de salud mental en quienes experimentan afecciones comórbidas. Los hallazgos del estudio deben interpretarse en el contexto de las necesidades individuales del paciente y los planes de tratamiento integrales.

El estudio, publicado en la Cochrane Database of Systematic Reviews (CDSR), una parte de la Biblioteca Cochrane, utilizó la rigurosa metodología de una revisión Cochrane, que identifica, evalúa e integra sistemáticamente la evidencia existente para abordar preguntas de investigación específicas. Este enfoque asegura una evaluación exhaustiva e imparcial de la literatura disponible, contribuyendo a la fiabilidad y validez de los hallazgos. La publicación de esta investigación sirve como un recurso valioso para los médicos e investigadores que buscan comprender el papel de los antidepresivos en el manejo del DL y la ciática, lo que impulsa una reevaluación de las prácticas actuales y un llamado a una investigación más específica para mejorar los resultados de los pacientes.

Un nuevo estudio revela que los antidepresivos ofrecen poco o ningún beneficio para el dolor lumbar y la ciática, a pesar de su frecuente prescripción. Aunque los IRSN podrían reducir ligeramente el dolor, el efecto es mínimo y va acompañado de mayores efectos secundarios, y los ATC solo muestran una pequeña mejora funcional. Se necesita urgentemente más investigación, especialmente sobre los efectos a largo plazo y los tratamientos específicos para la ciática, para guiar las expectativas de los pacientes y asegurar decisiones informadas.


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